martes, 2 de enero de 2018

El último adiós

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En febrero de 2016 os traje la reseña de un libro titulado El jardín olvidado, escrito en 2009 por Kate Morton, y a pesar de que me prometí a mí misma que iba a leer todos los libros de la autora, he tardado más de un año en volver a coger otra de sus novelas.

Si leísteis mi apasionada reseña de El jardín olvidado, seguro que notasteis lo mucho que me encantó el libro y lo tocada que me dejó. Pues bien, hace un par de semanas me decidí a leer su última novela publicada, El último adiós (2015), y os adelanto desde ya que me ha pasado exactamente lo mismo que con la anterior. 

El inicio del libro nos sitúa en Cornualles en 1933, concretamente en una enorme casa llamada Loeanneth ("la casa del lago" en gaélico) en la que la joven Alice Edevane ha encontrado un giro argumental perfecto para su novela y a la vez se ha enamorado de quien no debe. Durante la noche de la celebración de la llegada del solsticio de verano, su hermano Theo desaparece dejando tras de sí un misterio no resuelto que traerá consigo el desvelo de muchos secretos. Setenta años más tarde de la desaparición del pequeño de los Edevane, Sadie Sparrow, una detective que está de baja a causa de un caso especialmente difícil, decide desenterrar el caso de Theo y averiguar de una vez por todas qué fue lo que realmente pasó. 

Es una novela larga, tiene casi seiscientas páginas, y aunque al principio cuesta cogerle el ritmo porque son muchos personajes, muchas situaciones distintas y muchas historias diferentes, os aseguro que vale muchísimo la pena llegar hasta el final. Los capítulos de Kate Morton son largos, eso no lo vamos a negar, hay bastantes descripciones (algunas muy necesarias aunque al principio parezcan banales o de relleno) y llega un momento en el que da la sensación de que no pasa nada. Pero nada más lejos de la realidad. TODO lo que pasa en los libros de esta mujer TIENE que pasar. Y eso es algo de lo que te das cuenta a medida que avanzas el libro; recuerdas un pequeño detalle del que te habló doscientas páginas atrás y todo encaja. Todo tiene sentido. 

Respecto a los personajes, no puedo hacer más que maravillarme por la capacidad de la autora de meterse en sus mentes de esa forma tan magistral; de saber hilvanar a la perfección los pensamientos o los sentimientos de uno con las acciones del otro. Son personajes profundos, llenos de matices, de claroscuros, ni siempre buenos, ni siempre malos. Son personajes reales; personas que podríamos encontrarnos por la calle traquilamente, y eso me fascina. Además, no sé cómo lo consigue, pero Kate Morton sabe tocarme justo la fibra sensible con sus protagonistas femeninas; sabe hacerme empatizar con ellas hasta el punto de sentir su propio dolor y su sufrimiento como si fueran míos y hacerme llorar a mares. En  El jardín olvidado me enamoré como una tonta del personaje de Eliza Makepeace y en El último adiós me pasó lo mismo con Eleanor Edevane. En este caso pensé que no me iba a suceder, pero a medida que te presenta el personaje, a medida que conoces sus sentimientos, sus temores, su forma de pensar y por fin entiendes sus decisiones... Ya está. 

Me ha parecido un libro fascinante, si bien me costó entrar en el meollo al principio, una vez cogido el ritmo, una vez dentro de la historia familiar de los Edevane... ya no lo puedes soltar hasta el final. Una casa del lago en Cornualles, una historia que se remonta a los años 30, unos personajes maravillosos, el caso no resuelto de la desaparición de un niño, un montón de misterios por descubrir... Y todo eso escrito con una perfección absoluta, sin ningún cabo suelto al final, todo perfectamente hilvanado... ¿qué más queréis?

Como me pasó con su anterior novela, El último adiós me ha dejado tocada; lo terminé de leer ayer y todavía no me lo saco de la cabeza; ni el libro ni a Eleanor, así que podéis imaginar lo mucho que ha calado en mí. Por eso os pido, si no lo habéis hecho ya, que lo leáis, que le deis una oportunidad de sorprenderos, de dejaros en tensión y de viajar a Loeanneth para descubrir el misterio de la desaparición de Theo Edevane. Estoy segura de que os encantará tanto como a mí. 

¡Nos leemos pronto! 📖

sábado, 30 de diciembre de 2017

Adiosito 2017 🥂

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Parece mentira pero ya se está acabando 2017 y eso que hace nada que lo empezamos. Para mí ha sido un año efímero, tan lleno de momentos especiales y mágicos que me da miedo que no se vuelva a repetir. Pero ha sido un buen año, un gran año. Me he despedido de algunas personas, les he abierto la puerta a otras y estas se han convertido en partes importantes de mi vida, partes sin las que ya me sería difícil vivir.

Ha sido un año muy especial, de nuevos comienzos, de mudanzas, de agobios y de risas. De conciertos (muchísimos y maravillosos), de alegrías, de lágrimas, de enfados, de incomprensión y de confusión. De viajes, de conocer nuevos y preciosos lugares, de reencuentros con gente a la que adoro y de más y más risas.

A principios de año nació Culturilla, un proyecto muy bonito en el que Sara y yo hablamos de películas, de series, de música, de libros, de conciertos... De cultura, y aunque últimamente funciona a trancas y a barrancas, ahí sigue, actualizándose cada semana. 

He visto muchísimas películas, creo que ha sido el año que más películas he visto, y algunas las he disfrutado tanto que ni me lo creo. Las que entran en mi TOP de mejores películas de este año son:
  • Wonder
  • El viaje de Arlo
  • In Your Eyes
  • Ballerina
  • Nuestro último verano en Escocia
  • Your Name
  • El laberinto del fauno
  • Guardianes de la Galaxia 2
También he visto series, no tantas como me hubiera gustado, pero algunas bastante notables. Obviamente una de las mejores ha sido la segunda temporada de Stranger Things, que la esperaba como agua de mayo y que no me decepcionó en absoluto. Otra de las series que más he disfrtado este año ha sido Liar, que me tuvo en tensión los seis episodios que dura y que me dejó un sabor agridulce en el cuerpo. Big Mouth ha sido la serie chorra del año pero lo que me reí con ella no tiene nombre. Y, por último pero no por ello peor, sigo disfrutando de Vikings como lo hacía al principio.

He leído bastantes pocos libros, al menos comparado con lo que solía leer antes, pero no me quejo porque ha sido un año muy ajetreado. Por eso me quedo con tres de los que he leído este año, los que más me han gustado por A o por B (y muy feliz porque los tres han sido escritos por mujeres):
Respecto a la música, para mí ha sido un año de 10 porque he conocido (estoy conociendo) nuevos grupos que se han convertido en algunos de mis favoritos, y los que ya lo eran antes se han afianzado. Sigo adorando a Bon Jovi, sigo siendo una Beatlemaníaca, sigo escuchando a The Flaming Shakers, pero este 2017 ha sido mi año de Heavy Metal. En mayo fui (¡por fin!) a un concierto de Mägo de Oz y me enamoré de ellos como una tonta hasta el punto que se han convertido en una de mis bandas indispensables. Fui a verles otra vez en julio, me pude hacer fotos con algunos de ellos (con mi queridísimo Zeta, por ejemplo) y en noviembre fui a una de sus firmas de discos y me lo pasé teta. Gracias a ellos conocí a Débler, quienes al principio ni fu ni fa, pero al darles otra oportunidad (porque sabía que me iban a encantar), se terminaron añadiendo a mi lista de grupos favoritos. La semana pasada los vi en concierto otra vez y lo único que puedo decir es que les auguro un futuro brillante en la música.

He seguido haciendo Postcrossing, aunque menos que el año pasado, y me sigue encantando tanto como el primer día. En noviembre empecé a probar el Bullet Journal y, aunque me gusta mucho decorarlo y dedicarle tiempo, lo he terminado abandonando porque no soy constante. Pero me alegro de haberlo intentado, eso sí.

Ahora bien, los platos fuertes de este 2017 han sido, sin duda, dos: la mudanza y todo lo que conlleva: el cambio de piso, el estrés, las prisas, el agobio y la alegría de empezar en otra parte en la que sí te sientes a gusto. Y el viaje a Liverpool con gente maravillosa, a la que quiero un montón y todas las risas que vivimos allí (que no fueron pocas). Liverpool se quedó un trocito de mi corazón para siempre y espero no tardar en volver para recuperarlo.

Y sí, este año ha tenido momentos oscuros, uno en concreto que lo oscureció todo pero, sinceramente, ni lo quiero contar porque las cosas buenas han sido tantísimas que pesan muchísimo más que todo lo malo. De cara al 2018 tengo muchos objetivos, pero lo único que le pidoa este nuevo año que entra es que sea, por lo menos, la mitad de bueno que este, que no falte la salud, que las amistades perduren y que las risas no se apaguen nunca. 

¡Nos leemos el año que viene!❤️

domingo, 12 de noviembre de 2017

El desierto

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¿No os ha pasado alguna vez que alguien, sin maldad o simplemente en tono de broma, os ha hecho un comentario cualquiera, y ese comentario ha causado un torrente enorme de sensaciones y sentimientos negativos en vosotros? ¿Un comentario minúsculo, sin importancia, que es solo un granito de arena? ¿Un comentario que os hace pensar, que por algún motivo, por el tono con el que se ha dicho o por el tema que trata, os hace recordar malos momentos hasta convertirse en un desierto enorme y oscuro? 

Sí, ese comentario era una tontería, o quizá para vosotros no. Quizá no lo era porque ha desembocado en tristeza, en haceros rememorar recuerdos amargos y en haceros pensar en todo. Pensar en cómo estás llevando tu vida, cómo estás canalizando tus emociones (las buenas y las malas), en si lo estás haciendo bien, en si lo estás cagando con todo. Ese granito de arena que ahora es un desierto os recuerda lo vulnerables y frágiles que sois por mucho que os empeñéis en negarlo. Sí, soy vulnerable; sí, soy frágil, más de lo que me gustaría serlo. Y es una mierda el tener que darme cuenta por culpa de ese desierto.  A todos nos gusta sentirnos fuertes, a todos nos gusta pensar en lo valientes que somos; pero hay días en los que, simplemente, queremos enviar esa fuerza y esa valentía a tomar por saco. Días en los que no nos apetece estar felices y contentos porque, oh, vaya, también necesitamos estar tristes y enfadados. Con todo, con todos, con nadie. Solo con nosotros.

Y cuando ese comentario minúsculo, ese granito de arena desaparece entre las dunas, ya ni siquiera te molesta, porque ha acabado desembocando en otras cosas, en otros pensamientos y recuerdos de mierda que te amargan y te envuelven como una enredadera de negatividad. No me apetece que nadie me diga algo como "tranquila, ya vendrán días felices" o "no tienes motivos para estar triste". Ya lo sé, de verdad. Me cuesta tener días malos, pero cuando los tengo, quiero tenerlos. Son míos, igual que los días felices, y por suerte en mí son una minoría, pero ahí están. Dejadme tranquila con mis cabreos, con mis reproches y con mis ganas de sentirme mal. Ya pasarán. 

Imagino que este será el último post que escriba con 24 años porque dudo que esta semana se me encienda la bombilla tan a menudo, pero en fin, por si acaso, quiero dejar constancia de que ha sido un año bueno. Ha tenido sus cosas malas, sus cosas muy malas, y sus cosas tan buenas que hasta miedo me da recordarlas. Quiero creer que he crecido como persona y que he supuesto algo bueno para alguien y a veces también para mí, pero últimamente me cuesta. Espero entrar en los 25 con algo más de optimismo.

viernes, 15 de septiembre de 2017

In your eyes

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Hace mucho tiempo que no hablo de cine en el blog y la verdad no entiendo por qué. Me parece que este año estoy batiendo mi propio récord en cuanto a películas vistas (creo que de momento llevo 52 o así en lo que va de año) y algunas de ellas me han parecido muy interesantes. Sin embargo hace poco me decidí a ver In your eyes (2014) y me apetece hablaros de ella en el canal. No recuerdo dónde la vi recomendada pero en el momento en el que la añadí a pendientes me pareció atrayente, pero me pasó eso que nos suele pasar a todos que es tener un millón de películas pendientes y no querer ver nunca ninguna. Pues bien, fallo mío, porque el otro día leí de nuevo la sinopsis (después de meses y meses en pendientes) y me entraron ganas de verla. No me equivoqué porque me encantó.  

Lo que me echaba para atrás es el hecho de que fuera una película romántica, pues aunque en mi adolescencia me pasaba la vida viendo cursiladas romanticonas (gracias por tanto Nicholas Sparks y compañía), ahora me apetece más ver otras cosas que me aporten algo más que lágrimas fáciles. Total, que sí, que In your eyes es una película romántica, pero qué historia de amor, señores. Es de esas que dicen tanto sin apenas decir nada que yo me quedé incluso sosprendida. La película explica la historia de Dylan, un chico que vive en Nuevo México, y de Rebecca, que vive en la otra punta del país, en New Hampshire. No se conocen de nada ni se han visto nunca, pero un día, cuando son niños, sienten una conexión extraña entre los dos que los marcará para siempre. No obstante, ambos crecen y, sin esperarlo y sin saber qué les sucede, empiezan a sentir y a escuchar en sus cabezas la voz del otro. Tienen una especie de conexión telepática que incluso les permite ver lo que está viendo el otro. A través de este vínculo inesperado Dylan y Rebecca empiezan a hablar y a conocerse, convirtiéndose en grandes amigos en la distancia hasta que los sentimientos de ambos empiezan a interponerse en la rutina diaria de ambos. 

No quiero explicar más porque realmente considero que es una película que todo romántico empedernido debería ver, e incluso también los que no lo son, porque no tiene detalles pastelosos ni cursis, de verdad. Yo me reí a carcajadas con según qué escenas y aguanté la respiración en otras a causa de la tensión; aunque una de mis favoritas fue sin duda una muy especial, una escena complicada de hacer si los dos actores no están en la misma habitación y, al fnal, quedó una escena preciosa y super intensa. El trabajo de los actores también me pareció muy acertado, me gustó mucho su forma de actuar y la química entre ambos es asombrosa, y eso que casi no comparten escena en toda la película. 

Os la recomiendo muchísimo, sobre todo si queréis ver una película muy bonita y enternecedora, llena de sentimiento. Además, de alguna manera recuerda a la película de animación Your name (Kimi no na wa), y si la habéis visto y os gustó, esta os gustará también mucho. ¡Nos leemos pronto! 👁

viernes, 11 de agosto de 2017

Best songs ever (part II)

Para continuar con aquella lista que empecé hace justamente 4 meses, hoy os traigo cinco de las que yo considero (y siempre desde mi humilde opinión) algunas de las mejores canciones del mundo. Y me da rabia porque sé que me olvido de muchísimas más, pero las estoy intentando ordenar de más antigua a más actual y tengo la sensación de que será una lista interminable. No me enrollo más y os dejo con el segundo listado, a ver qué os parece: 

-Whatever You Want de Status Quo (1979): desde siempre, o al menos desde que tengo memoria, esta me ha parecido la mejor canción del grupo. Esta, junto a In the Army now, considero que es una maravilla, sobre todo por el guitarreo del principio que me tiene enamorada. Es que es escucharla y me viene un subidón tremendo, además de ganas de ponerme a cantarla a voz en grito. Sin duda una de las mejores canciones del final de los 70, y quien diga lo contrario, miente.

-I Was Made For Loving You de KISS (1979): una de las más conocidas de KISS y una de las mejores. El ritmo que tiene es una maravilla, al igual que la voz de Paul Stanley, y como mi padre tuvo una época en la que se pasaba el día canturréandola, me la pegó. Y, como no podía ser de otra forma, al poco descubrí que era una de mis canciones favoritas del mundo. Para que luego digan que los heavies solo escriben canciones satánicas dedicadas a la oscuridad y a las sombras; pues la letra de esta es lo más cursi que se puede echar uno a la cara. Y olé por ella. 

-The way life's meant to be de Electric Light Orchestra (1981): hace un año más o menos mi padre insistió en que le consiguiera el disco Time de ELO, su grupo favorito, y yo lo hice, y lo escuchamos juntos y descubrí esta preciosidad de canción que me llega al corazón cada vez que la oigo. Adoro la letra, la voz de Jeff Lyne, el ritmo... todo. Me parece una canción perfecta; ni le falta ni le sobra nada, y sería capaz de estar escuchándola el día entero sin descanso.

-Billie Jean de Michael Jackson (1982): vale, no es Thriller, otra obra maestra de la música, pero para mí Billie Jean tiene un no sé qué que qué se yo que me descoloca. Es empezar a escucharla y todos los músculos de mi cuerpo se ponen a bailar. No lo puedo evitar, es demasiado para mí. Claro que también fue todo un exitazo para el rey del pop, no tanto como Thriller, pero un éxito sin duda merecidísimo para una canción que nunca pasará de moda y que se encuentra en mi lista de mejores canciones del mundo. 

-Embrujada de Tino Casal (1984): a mi abuela le encantaba Eloise aunque pocas veces la escuchamos en casa. Yo no recuerdo cuándo descubrí Embrujada pero me encantó desde el principio por ese aire a Movida Madrileña que tiene, por el estilazo único de Tino y por la letra tan extravagante. Adoro cantarla a grito pelao' en la ducha y también fuera de ella porque para mí es una canción que no pasará de moda nunca. 

Hasta aquí la lista hoy, espero que os haya gustado y ojalá que os haya descubierto alguna canción o grupo que desconocierais. 

¡Nos leemos pronto!

martes, 11 de julio de 2017

El tag del grupo de música

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¡Hola! Como hace tiempo que no hacía ningún tag me ha apetecido traeros uno, y además hecho por mí. Se trata del tag del grupo de música; tal como su nombre indica, se trata de una serie de preguntas sobre un grupo en concreto, y como la idea me gusta tanto he pensado en hacer una serie del mismo tag pero con diferentes bandas. ¿A que mola? Pues para empezar esta serie he decidido hablaros de Mägo de Oz, grupo al que me he aficionado muchísimo a raíz del concierto al que fui en mayo (os hablé de él aquí), para que así sepáis un poquito más de mi relación con ellos. ¡Vamos allá!
 
1. Nombre del grupo. 
 Mägo de Oz.

2. ¿Cómo y cuándo lo conociste? 
No recuerdo el momento concreto, pero sé que la primera vez que los escuché fue por allá por 2003 (yo tenía 10/11 años), cuando sacaron La costa del silencio y me enamoré de la canción como una tonta.

3. Canción favorita.
 Precisamente La costa del silencio por lo que representa, por la letra y por todo lo que despierta en mí, pero Mägo de Oz tiene muchísimas canciones impresionantes que puedo considerar favoritas.

4. Canción menos favorita.
 Constelación Alpha DCI no termina de engancharme. Es muy bonita, es cierto, pero no acaba de casar conmigo.

5. Álbum favorito.
 Admito que no los he escuchado todos, me faltan algunos, pero por ahora Ilussia me parece una pequeña obra de arte. Y Finisterra, por supuesto, también.

6. Letra de canción favorita. 
Considero que La danza del fuego es maravillosa; me costó muchísimo aprendérmela pero al final cayó. Pero es que la mayoría de las letras de las canciones de Mägo de Oz son mágicas; sin más.

7. Canción que te ponga feliz al instante. 
 La posada de los muertos me da un subidón tremendo, al igual que Que el viento sople a tu favor, y A Marcha das Meigas, que es instrumental, es lo más precioso que he escuchado últimamente.
 
8. Canción que te ponga triste. 
Sin duda Desde mi cielo. La escuché por primera vez en el concierto de mayo y pensé que me moría allí mismo de la llorera. Desde entonces nunca he sido capaz de escucharla entera sin ponerme a llorar como una descosida. Me parece una de las canciones más tristes y bonitas del mundo.

9. Colaboración con otro cantante o grupo que te guste.
No es una colaboración como tal porque la canción la canta entera otro cantante, y se trata de Tres tristes tigres, versionada por Diana Navarro para el Finisterra Ópera Rock.

10. Canción cuya letra te sepas perfectamente.
Pues por la de veces que la he escuchado en fiestas de pueblo y verbenas (y porque me encanta, ojo) diré Fiesta pagana, pero tras mucho esfuerzo y paciencia me he aprendido de memoria un montón de ellas: Pensatorium, Molinos de viento, La Cruz de Santiago... etc, etc y etc.
 
11. ¿Lo has visto alguna vez en directo?  
Sí, hace dos meses por primera vez después de años y años queriendo ir a un concierto de ellos, y el 28 de este mes los veré otra vez *insertar carita feliz aquí*.

12. ¿Tienes merchandising del grupo? 
De momento no, pero todo se andará, sin duda.

13. ¿Por qué te gusta? 
Pues porque a mí desde siempre me ha encantado la música celta, y cuando a los 10 años descubrí que se podía mezclar el sonido de los violines, las flautas y las gaitas con el guitarreo extremo y vi que el resultado es flipante me quedé loca de contenta. Además Mägo de Oz siempre ha sido mi grupo español preferido, y ha sido a raíz de escuchar más de ellos que estoy descubriendo buena música española (tiene delito lo mío, ¿eh?). Considero que son el mejor grupo de heavy que ha dado España, porque sí, son heavies pero tienen letras y melodías preciosas que se le meten a una bajo la piel. Y dejando los problemas que han tenido a un lado, a mí Zeta, el actual vocalista, me tiene loca de amor y su voz me pone los pelos de punta, qué queréis que os diga. 

Y pues nada, esto es todo por hoy; nos vemos a la próxima con otro grupito de música. Espero que os haya gustado mucho la idea. 

¡Nos leemos pronto! 🤘

lunes, 5 de junio de 2017

Querida Romi adolescente:

Te escribo desde lo que vendría siendo tu futuro, pues aunque tú en tu realidad paralela tienes catorce años yo ya tengo veinticuatro. Uff, cómo pasa el tiempo, ¿verdad? Parece imposible, pero te has convertido en una adulta aunque a veces te olvidas por completo de ese hecho. No importa, te lo sigues pasando en grande. 

Sé que no lo estás pasando demasiado bien y, aún ahora, cuando recuerdo esos momentos me pongo tristona, pero ya no vale la pena. Te terminarás dando cuenta de que el pasado, pasado está, aunque ahora no lo entiendas. No te gusta el lugar en el que vives, el lugar en el que estudias, lo que estás haciendo. No te gusta quién eres, cómo eres (casi más por culpa de los demás) y todo se te hace difícil. Pero muchacha, eres una adolescente y todavía te queda mucho por vivir por más que tú creas que ya lo has visto todo. Créeme, no has visto nada

Te prometo que tu vida está a punto de empezar. Vas a comprender qué es lo que realmente te define, qué es lo que realmente te gusta aunque eso no sea lo mismo que les guste a los demás. Que les den. Tú eres tú y así tiene que seguir siendo (de momento lo estamos consiguiendo, compañera). Claro que cuesta, y sé que en muchos momentos te sientes mal, pero podrás con eso y con mucho más. El instituto te va a trancas y barrancas porque eres una perezosa; sí, te lo dice tu propio yo diez años mayor. Debes ponerte más las pilas en vez de pasarte la vida procrastinando (es una palabra nueva que hoy en día se usa para definir lo que tú haces cada puñetero día), pero ¿sabes qué? Al final todo se arregla. Te voy a hacer un spoiler de lo que, más o menos, te espera dentro de unos cinco años: vas a ir a la universidad. ¿Te lo puedes creer? Y te va a ir mejor de lo que te esperabas, así que tranquila, solo necesitas un buen empujón en el trasero de vez en cuando.

¿Qué más te voy a contar? Ah, sí, la música. Tu querida música. Espero que te guste saber que, diez años más tarde, todo sigue igual o mejor. Tú no puedes vivir sin ella; yo tampoco puedo. Has aprendido mucho en diez años, y aunque con catorce estás locamente enamorada de Bon Jovi (sigue siendo uno de mis grupos favoritos, no entres en pánico) vas a conocer a otros que te harán gritar y soñar tanto como ellos. Otro spoiler: en un año podrás ver a Bon Jovi en concierto y será uno de los mejores días de tu vida. Prepárate, chata, porque te vas a quedar completamente afónica. Pero sé que eso, lejos de preocuparte, te emociona; si es que sigo siendo como tú. Obviamente vas a tener tus épocas; algunas mejores y otras peores, pero lo que siempre te ha gustado te seguirá gustando, incluso más porque vas a aprender a disfrutarlo por completo. Vas a querer hacer tantas cosas que te va a faltar tiempo. Y vas a ir a tantos conciertos maravillosos que ni te lo vas a poder creer.

El resto de tu adolescencia será tranquila; nunca hemos sido especialmente difíciles, o al menos eso me gusta pensar. Y por si te lo preguntas, sí, sigo siendo una fangirl incurable, porque cuando nos gusta algo nos gusta de verdad y hasta el fin del mundo. Y lo que opinen los demás te va a seguir trayendo al fresco, y no sabes lo bien que sienta. Siempre te ha gustado leer, pero en un año o así te vas a volver una ávida lectora y querrás leer todo lo que se te ponga por delante. Tendrás una época muy interesante en la que no querrás soltar el libro que te estés leyendo ni para comer. Vas a vivir para y por los libros, y empezará a rondarte por la cabeza el hecho de trabajar como editora. No lo he conseguido, pero te encantará saber que ahora trabajo en un sitio que siempre te había encantado y sí, rodeada de libros, como tú querías. Sé que siempre te ha gustado el cine, también, pero gracias a la universidad empezarás a estudiarlo, a entenderlo y a disfrutarlo mejor, con más propiedad, y te va a encantar. Verás películas que te abrirán los ojos, la mente y el corazón y, sobre todo, que te harán feliz. Además, vas a viajar bastante y te va a encantar, así que ponte las pilas.

Ahora bien, creo que debo ser buena persona y avisarte de que, aunque ahora todo está bien, vas a tener malas épocas. Como todo el mundo, pero te vas a comer mucho el tarro. No todo sigue igual ahora que diez años atrás, claro que no. Nuestra familia está bien; los papas, tu tatona y Mixu, aunque ahora falta Almendrita. Cosas tristes que pasan. La vas a echar muchísimo de menos, así que prepárate; pero por si te consuela, muchas veces sueñas con ella y sabes que ha venido a verte en sueños. Cada día te vas a enamorar más de Mixu, ese gato gordo tan arisco que en el fondo es más tonto que una piedra pero que nos llena tanto el corazón. Tus amistades han cambiado. Muchas de las que están contigo a los catorce se han ido quedando por el camino a lo largo de estos años pero, sinceramente, no le doy muchas vueltas al tema. Las cosas pasan por algo, y si así tiene que ser, pues que así sea. En la universidad conocí a gente maravillosa que siguen siendo grandes amistades hoy en día aunque no las veo tanto como me gustaría, y con el tiempo ha ido añadiéndose gente a tu vida que solo nos la enriquece, así que puedes darte por satisfecha. Quizá no tenemos a todos los que queremos, pero queremos a todos los que tenemos y ya solo por eso podemos estar contentas.

Quiero que sepas que, aunque hoy en día sigo siendo una persona insegura, cada día intento quererme un poquito más, y aunque a veces me cuesta, lo estoy consiguiendo. Lo que sí te puedo asegurar es que me gusta la persona en la que me estoy convirtiendo y a pesar de que he tomado malas decisiones en la vida, algunas de ellas han sabido llevarnos por buen camino. Tu yo diez años mayor se siente orgullosa de quien es, y aunque a ti con catorce se te haga difícil, también te sentirás así; al fin y al cabo somos la misma persona. Espero poder decir lo mismo dentro de diez años.

Muchos besos, 

Romi 💋