Lo que no contamos

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Es probable que de esta entrada salga un churro porque es de esas que una no se prepara, que te vienen a la cabeza y puff, escribes lo primero que se te pasa por la mente. Sé de lo que quiero hablar pero exactamente no sé cómo abordarlo sin que se malinterprete o se entienda de otra manera. Pero lo voy a intentar de todas formas, a ver qué. 

Me apetece escribir, precisamente, de lo que dice el título: de lo que no contamos. Pero no me refiero a esos secretos o estados de ánimo de los que no hablamos por no preocupar o abrumar a los que nos rodean. No hablo de esos secretos a voces que al final terminamos contando para que no nos contaminen. Solo quiero hablar de ese algo que todos (en serio, todos) escondemos y que no queremos compartir. A veces ese algo puede ser cualquier cosa, algo pequeñito y, quizá, sin importancia. Tal vez algo que hemos visto, algo que hemos leído, algo que hemos oído... algo que hemos hecho, que hicimos o haremos, algo que siempre ha estado ahí pero que quizá no nos habíamos dado cuenta. Puede ser cualquier nimiedad cotidiana, pero es especial. 

Al principio decidimos no contarlo, tal vez por vergüenza, porque nos sentimos culpables al disfrutarlo, por el temor del qué dirán, de qué pensarán de nosotros si se enteran de que hacemos tal o nos gusta cual. Pero después, al cabo de un tiempo, ya ni siquiera queremos compartirlo con nadie porque ese algo especial es nuestro. De algún modo nos pertenece a pesar de que, en el fondo, lo compartamos con otras personas que, quizá, ni siquiera conocemos. Al pasar los años solo queremos que continúe en ese rinconcito íntimo que hemos ido creando poco a poco para seguir disrutando de él. Es nuestro secreto, uno que todos tenemos, sea cual sea, y que precisamente es especial porque nadie más lo conoce (o muy pocas personas). 

Sé que parece que estoy hablando de algo sexual, de algún fetichismo o algo por el estilo, pero nada más lejos de la realidad. Realmente estoy hablando de cualquier cosa. De algo que por algún motivo u otro nos hace felices a todos y a cada uno de nosotros, cada uno a su manera. Sé que esta entrada parece no tener mucho sentido (no creo que lo tenga), pero para mí sí y me apetecía escribir algo un poco.... extraño. Como yo. 
 

¡Hasta la semana que viene! ✿