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Kubo y las dos cuerdas mágicas explica la historia de Kubo, un niño de once años que vive en la cima de una montaña con su madre y que no puede salir por la noche. Kubo baja cada día al pueblo para hacer un espectáculo tocando la guitarra y acompañado por sus personajes de papel (origami), para contar así una historia inspirada en su difunto padre, que era un samurai. Tras varios sucesos que no voy a desvelar, Kubo deberá embarcarse en una aventura para encontrar la armadura mágica que llevaba su padre para así poder luchar contra las fuerzas oscuras que lo acechan.
Nada más empezar la película supe que me iba a gustar, no sé por qué, pero la primera escena ya me cautivó por completo y me mantuvo pegada a la pantalla en la hora y pico que dura. La animación es maravillosa, eso de que esté hecha en stop-motion (marca personal de la productora) al principio parece un poco extraño pero en nada te acostumbras y la terminas disfrutando muchísimo. Los personajes son entrañables; Kubo es muy divertido y valiente, la mona que lo acompaña es un encanto (a veces) y su preocupación por el niño es super tierna, y el escarabajo samurai es de lo mejor, travieso y muy divertido.
La historia que explica la película es preciosa y la simbología que la acompaña es espectacular. Las leyendas que cuenta junto a la animación, los colores y la banda sonora la convierten en una película mágica. Y hablando de la banda sonora, la película ya me había conquistado por todo lo demás, pero cuando al final empezó a sonar esta versión de While My Guitar Gently Weeps interpretada por Regina Spektor pensé que me iba a dar algo. Y luego, cuando te das cuenta del por qué de la elección de esa canción precisamente todo encaja y el mundo vuelve a su curso natural.
Así que si os apetece ver una película preciosa y diferente a las demás, haceos un favor y vedla. Ya me contaréis qué os ha parecido si os decidís a verla.
¡Nos leemos pronto! 🐵
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