¡Hola, hola! Siguiendo con la dinámica del blog (y ya que me siento inspirada) hoy vengo a inaugurar otra sección muy importante: nada más y nada menos que la sección de cine *aplausos y vítores*. No estaba muy segura sobre de qué película hablar porque en estos últimos meses he visto muchísimas, muchísimas, pero justamente hace un par de días vi una que me sorprendió.
Se trata de Love, Rosie (2014) dirigida por Christian Ditter. Los actores principales son Lily Collins y Sam Claflin, y precisamente porque los actores son jóvenes pensé al principio que no sería más que una película de amores prohibidos o turbulentos. Y lo cierto es que sí y no; es una película que trata muchos otros temas aparte del amor, como la amistad o las relaciones a distancia, entre muchos otros de los que no voy a hablar para no hacer spoilers.
La película es una adaptación cinematográfica de la novela Love, Rosie (Where rainbows end) de Cecelia Ahern, que lleva pendiente en mi lista de libros por leer desde hace años, aunque finalmente decidí ver la película sin haber leído la novela porque le tenía muchas ganas. Y no me decepcionó en absoluto, al contrario. No os quiero explicar mucho el argumento, lo mejor es verla sin saber demasiado, pero para poneros un poco en situación os diré que trata sobre un chico (Alex) y una chica (Rosie) que viven (supuestamente) en Inglaterra, que son amigos desde niños y que un día deciden marcharse a estudiar a la Universidad de Boston... Y aquí me quedo, porque eso es lo único que necesitáis saber para disfrutar del film (por lo menos sabéis más que yo antes de verla).
Lo que más me gustó de ella fue que es una película diferente, no sé en qué sentido, pero no es el típico pastelón para llorar, aunque lo cierto es que hay algunas escenas en las que no me hubiera venido mal un kleenex... Tiene de todo: humor, algo de drama, te hace apretar los puños por los nervios y por la tensión y consigue ponerte la piel de gallina en muchos momentos, cosa que a mí personalmente me encanta. Obviamente no es la película del siglo ni tampoco del año, pero vale mucho la pena verla y pasar casi dos horas pegada a la pantalla disfrutándola. Tiene un no sé qué que la hace especial, y desde luego la interpretación de los actores es más que buena.
Así que si tenéis ganas de ver una película sencilla e interesante, distinta a los dramones o comedias románticas que proliferan por el mundo del cine, no dudéis en darle una oportunidad. Y si lo hacéis, no olvidéis pasaros por aquí para compartir conmigo vuestra opinión.
¡Nos leemos pronto!
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