Parece increíble que ya estemos en diciembre de 2016 cuando hace apenas nada (doce meses... y parece poco) empezábamos este año. Pero el tiempo pasa por más que no nos demos cuenta y cuando menos nos lo esperamos estamos empezando un nuevo año. 2016 ha terminado mucho mejor de lo que empezó. Los primeros seis meses de este año fueron... horrendos, al menos para mí. Y cuando pensaba que ya todo el año iba a ser un completo desastre llegó el verano, uno de los mejores y más bonitos que he vivido en mis 24 años de vida.
Ha sido un año de pensar mucho, de tomar decisiones, de estresarse, de sentirse inútil y de sentirse la dueña del mundo; de despedidas, de reencuentros (de muchos y casi todos inesperados), de viajes y de nuevos descubrimientos. A principios de año hice un curso online sobre The Beatles (realmente no tenía nada mejor que hacer) y me ayudó mucho a no volverme completamente loca. Este año también he visto una de las mejores series de las que he disfrutado en la vida, que no es otra que Sons of Anarchy. Ya os conté lo mucho que me hizo sufrir y lo mucho que me enganchó; me mantuvo pegada a la pantalla del ordenador todas las tardes durante dos meses y no me arrepiento lo más mínimo. Algo así me pasó con Stranger Things aunque con menos intensidad (simplemente porque Sons of Anarchy es muy, muy distinta y está a otro nivel muy difícil de superar, al menos en mi opinión). De igual manera considero que Stranger Things es un seriazo como pocos y merece el boom que ha tenido e incluso más.
En estas últimas semanas me decidí a ver Yuri!!! on Ice, un anime sobre patinaje artístico sobre hielo que se estrenó el octubre pasado y que mucha gente recomendaba. Pues bien, agradezco a toda esa gente el haberme dado el empujón para decidirme a verlo porque buff, es maravilloso. La animación japonesa me encanta y, a pesar de que no he visto muchos animes a lo largo de mi vida, los que he visto me han gustado muchísimo. De Yuri!!! on ice destaco, aparte de la animación, su banda sonora porque es de lo mejorcito que he escuchado últimamente.
A lo largo del 2016 he visto muchas películas, muchas me han encantado pero ninguna de ellas se ha metido en mi ranking de favoritas, o al menos yo no recuerdo haber sentido ningún flechazo especial con ninguna de ellas. Para mi sorpresa, una de las que más me gustó fue El olivo, una producción española (de las que a mí no suelen gustarme mucho, la verdad) que me hizo llorar un mar de lágrimas enorme de lo tierna y sencilla que es. Zootrópolis también me encantó, me reí muchísimo con ella y me lo pasé estupendamente viéndola y, por supuesto, no podía faltar Animales fantásticos y dónde encontrarlos con la que volvimos a entrar en el mundo de la magia después de tantos años.
Respecto a los libros, este año puedo calificarlo como fracaso en el sentido de que no he leído ni una cuarta parte de lo que solía leer yo antes (solo he leído seis en todo el puñetero año), pero estoy contenta porque uno de esos seis libros me llegó al corazón y me enamoró por completo, yéndose de cabeza a mi lista de favoritos. No es otro que El jardín olvidado de Kate Morton, que me estrujó el corazón de tal manera que llegó un punto en el que soñaba con él. Un libro recomendadísimo si os gustan los misterios y las historias familiares (muy) difíciles y enrevesadas.
Como ya todos sabéis, porque os he hablado de ellos en varias ocasiones, este año descubrí y conocí a The Flaming Shakers/Los Átomos, un grupo de música genial al que admiro un montón y que voy a ver siempre que puedo. No os voy a decir nada que no haya dicho antes porque me repito más que el ajo con ellos, pero sin duda han sido mi descubrimiento del año y espero poder seguir disfrutando de su música en el 2017 tanto como lo he hecho en el 2016 (y si puedo hacerlo un poquito más, mejor que mejor).
Por allá por abril descubrí el Postcrossing y se convirtió en uno de mis hobbies en el mismo instante en el que supe de qué se trataba. Me pareció una idea estupenda y desde entonces llevo mandadas unas catorce postales y he recibido quince, creo (lo que menos me gusta de todo esto es tener que estar esperando para recibirlas, pero cuando al final llegan... la felicidad es inmensa). Mi intención es continuar enviando y recibiendo postales de todo el mundo y conociendo a gente tan dispar como interesante.
En estas últimas semanas me decidí a ver Yuri!!! on Ice, un anime sobre patinaje artístico sobre hielo que se estrenó el octubre pasado y que mucha gente recomendaba. Pues bien, agradezco a toda esa gente el haberme dado el empujón para decidirme a verlo porque buff, es maravilloso. La animación japonesa me encanta y, a pesar de que no he visto muchos animes a lo largo de mi vida, los que he visto me han gustado muchísimo. De Yuri!!! on ice destaco, aparte de la animación, su banda sonora porque es de lo mejorcito que he escuchado últimamente.
A lo largo del 2016 he visto muchas películas, muchas me han encantado pero ninguna de ellas se ha metido en mi ranking de favoritas, o al menos yo no recuerdo haber sentido ningún flechazo especial con ninguna de ellas. Para mi sorpresa, una de las que más me gustó fue El olivo, una producción española (de las que a mí no suelen gustarme mucho, la verdad) que me hizo llorar un mar de lágrimas enorme de lo tierna y sencilla que es. Zootrópolis también me encantó, me reí muchísimo con ella y me lo pasé estupendamente viéndola y, por supuesto, no podía faltar Animales fantásticos y dónde encontrarlos con la que volvimos a entrar en el mundo de la magia después de tantos años.
Respecto a los libros, este año puedo calificarlo como fracaso en el sentido de que no he leído ni una cuarta parte de lo que solía leer yo antes (solo he leído seis en todo el puñetero año), pero estoy contenta porque uno de esos seis libros me llegó al corazón y me enamoró por completo, yéndose de cabeza a mi lista de favoritos. No es otro que El jardín olvidado de Kate Morton, que me estrujó el corazón de tal manera que llegó un punto en el que soñaba con él. Un libro recomendadísimo si os gustan los misterios y las historias familiares (muy) difíciles y enrevesadas.
Como ya todos sabéis, porque os he hablado de ellos en varias ocasiones, este año descubrí y conocí a The Flaming Shakers/Los Átomos, un grupo de música genial al que admiro un montón y que voy a ver siempre que puedo. No os voy a decir nada que no haya dicho antes porque me repito más que el ajo con ellos, pero sin duda han sido mi descubrimiento del año y espero poder seguir disfrutando de su música en el 2017 tanto como lo he hecho en el 2016 (y si puedo hacerlo un poquito más, mejor que mejor).
Por allá por abril descubrí el Postcrossing y se convirtió en uno de mis hobbies en el mismo instante en el que supe de qué se trataba. Me pareció una idea estupenda y desde entonces llevo mandadas unas catorce postales y he recibido quince, creo (lo que menos me gusta de todo esto es tener que estar esperando para recibirlas, pero cuando al final llegan... la felicidad es inmensa). Mi intención es continuar enviando y recibiendo postales de todo el mundo y conociendo a gente tan dispar como interesante.
Aparte de todo lo demás, este año ha tenido sus altibajos, sus momentos buenos, sus momentos malos, de comienzos, de finales; como todos, pero desde luego ha sido un año que no me importaría repetir. Por eso, si 2017 resulta ser, aunque sea, la mitad de maravilloso que este, me daré por satisfecha. Espero que vuestra salida del 2016 y vuestra entrada al 2017 sea genial y que el próximo año nos traiga a todos lo que sea que nos haga felices, da igual lo que resulte ser.
¡Nos leemos el año que viene! 🥂