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Parece mentira pero ya se está acabando 2017 y eso que hace nada que lo empezamos. Para mí ha sido un año efímero, tan lleno de momentos especiales y mágicos que me da miedo que no se vuelva a repetir. Pero ha sido un buen año, un gran año. Me he despedido de algunas personas, les he abierto la puerta a otras y estas se han convertido en partes importantes de mi vida, partes sin las que ya me sería difícil vivir.
Ha sido un año muy especial, de nuevos comienzos, de mudanzas, de agobios y de risas. De conciertos (muchísimos y maravillosos), de alegrías, de lágrimas, de enfados, de incomprensión y de confusión. De viajes, de conocer nuevos y preciosos lugares, de reencuentros con gente a la que adoro y de más y más risas.
A principios de año nació Culturilla, un proyecto muy bonito en el que Sara y yo hablamos de películas, de series, de música, de libros, de conciertos... De cultura, y aunque últimamente funciona a trancas y a barrancas, ahí sigue, actualizándose cada semana.
He visto muchísimas películas, creo que ha sido el año que más películas he visto, y algunas las he disfrutado tanto que ni me lo creo. Las que entran en mi TOP de mejores películas de este año son:
- Wonder
- El viaje de Arlo
- In Your Eyes
- Ballerina
- Nuestro último verano en Escocia
- Your Name
- El laberinto del fauno
- Guardianes de la Galaxia 2
También he visto series, no tantas como me hubiera gustado, pero algunas bastante notables. Obviamente una de las mejores ha sido la segunda temporada de Stranger Things, que la esperaba como agua de mayo y que no me decepcionó en absoluto. Otra de las series que más he disfrtado este año ha sido Liar, que me tuvo en tensión los seis episodios que dura y que me dejó un sabor agridulce en el cuerpo. Big Mouth ha sido la serie chorra del año pero lo que me reí con ella no tiene nombre. Y, por último pero no por ello peor, sigo disfrutando de Vikings como lo hacía al principio.
He leído bastantes pocos libros, al menos comparado con lo que solía leer antes, pero no me quejo porque ha sido un año muy ajetreado. Por eso me quedo con tres de los que he leído este año, los que más me han gustado por A o por B (y muy feliz porque los tres han sido escritos por mujeres):
- Lágrimas en el mar de Ruta Sepetys
- The Girls de Emma Cline
- Alma bandolera de mi querida Juani Hernández
Respecto a la música, para mí ha sido un año de 10 porque he conocido (estoy conociendo) nuevos grupos que se han convertido en algunos de mis favoritos, y los que ya lo eran antes se han afianzado. Sigo adorando a Bon Jovi, sigo siendo una Beatlemaníaca, sigo escuchando a The Flaming Shakers, pero este 2017 ha sido mi año de Heavy Metal. En mayo fui (¡por fin!) a un concierto de Mägo de Oz y me enamoré de ellos como una tonta hasta el punto que se han convertido en una de mis bandas indispensables. Fui a verles otra vez en julio, me pude hacer fotos con algunos de ellos (con mi queridísimo Zeta, por ejemplo) y en noviembre fui a una de sus firmas de discos y me lo pasé teta. Gracias a ellos conocí a Débler, quienes al principio ni fu ni fa, pero al darles otra oportunidad (porque sabía que me iban a encantar), se terminaron añadiendo a mi lista de grupos favoritos. La semana pasada los vi en concierto otra vez y lo único que puedo decir es que les auguro un futuro brillante en la música.
He seguido haciendo Postcrossing, aunque menos que el año pasado, y me sigue encantando tanto como el primer día. En noviembre empecé a probar el Bullet Journal y, aunque me gusta mucho decorarlo y dedicarle tiempo, lo he terminado abandonando porque no soy constante. Pero me alegro de haberlo intentado, eso sí.
Ahora bien, los platos fuertes de este 2017 han sido, sin duda, dos: la mudanza y todo lo que conlleva: el cambio de piso, el estrés, las prisas, el agobio y la alegría de empezar en otra parte en la que sí te sientes a gusto. Y el viaje a Liverpool con gente maravillosa, a la que quiero un montón y todas las risas que vivimos allí (que no fueron pocas). Liverpool se quedó un trocito de mi corazón para siempre y espero no tardar en volver para recuperarlo.
Y sí, este año ha tenido momentos oscuros, uno en concreto que lo oscureció todo pero, sinceramente, ni lo quiero contar porque las cosas buenas han sido tantísimas que pesan muchísimo más que todo lo malo. De cara al 2018 tengo muchos objetivos, pero lo único que le pidoa este nuevo año que entra es que sea, por lo menos, la mitad de bueno que este, que no falte la salud, que las amistades perduren y que las risas no se apaguen nunca.
He seguido haciendo Postcrossing, aunque menos que el año pasado, y me sigue encantando tanto como el primer día. En noviembre empecé a probar el Bullet Journal y, aunque me gusta mucho decorarlo y dedicarle tiempo, lo he terminado abandonando porque no soy constante. Pero me alegro de haberlo intentado, eso sí.
Ahora bien, los platos fuertes de este 2017 han sido, sin duda, dos: la mudanza y todo lo que conlleva: el cambio de piso, el estrés, las prisas, el agobio y la alegría de empezar en otra parte en la que sí te sientes a gusto. Y el viaje a Liverpool con gente maravillosa, a la que quiero un montón y todas las risas que vivimos allí (que no fueron pocas). Liverpool se quedó un trocito de mi corazón para siempre y espero no tardar en volver para recuperarlo.
Y sí, este año ha tenido momentos oscuros, uno en concreto que lo oscureció todo pero, sinceramente, ni lo quiero contar porque las cosas buenas han sido tantísimas que pesan muchísimo más que todo lo malo. De cara al 2018 tengo muchos objetivos, pero lo único que le pidoa este nuevo año que entra es que sea, por lo menos, la mitad de bueno que este, que no falte la salud, que las amistades perduren y que las risas no se apaguen nunca.
¡Nos leemos el año que viene!❤️