viernes, 2 de septiembre de 2016

Carta de una desconocida

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¡Hola! Ya sé que llevo lo de publicar entradas un poco descontrolado pero últimamente tengo muchas cosas en la cabeza y suelo estar poco en casa, por lo que se me acumulan las ideas y las entradas y cuando quiero darme cuenta ya ha llegado el viernes y no tengo ni la entrada de esa semana escrita. Intentaré ponerle remedio pero no prometo nada, así que lo único que puedo deciros es que intentaré tener una entrada lista cada semana pero no sé qué día; veré si vuelvo a la rutina poco a poco y me ordeno. 

Dejando las cosas aburridas a un lado, hoy me apetece mucho hablaros de un libro del que ya os hablé en esta entrada pero lo hice de manera muy breve, sin ahondar demasiado en su contenido. Se trata del libro Carta de una desconocida, escrito por el autor austríaco Stefan Zweig en el año 1922, hoy en día considerado el libro más conocido del escritor. Me he decidido a escribir una entrada exclusivamente sobre él porque, a pesar de que lo había leído hará unos ocho años, volví a releerlo la semana pasada y consiguió llegarme tanto o más que la primera vez y me hizo sentir mucho más que entonces. 

La trama de la novela es muy sencilla: trata de una mujer que ha estado toda su vida enamorada de un hombre que apenas sabe ni que existe. Ella es una mujer perdidamente enamorada que convierte su amor en su principal razón de existencia mientras que él es un hombre bueno pero sin ataduras que vive su libertad ajeno a todo lo que ella siente. El libro está escrito en forma de carta, de la carta que ella le escribe una vez está segura de que él ya no podrá encontrarla. No os quiero revelar mucha cosa de la trama porque me gustaría que la descubriérais poco a poco (además que es un libro muy cortito, solo tiene 72 páginas), que pensarais en ella y que intentarais sentiros como la protagonista de la historia. 

He de admitir que mientras lo iba leyendo en el autobús tuve ganas de ponerme a llorar varias veces (anda, Romi llorando, ¿quién iba a decirlo?) a medida que leía cómo se iba sintiendo ella cada vez que se topaba con él y este no la recordaba, pero en concreto hay una escena descorazonadora casi al final que hace que al lector le den ganas de levantarse (en el caso de que esté sentado) y ponerse a gritar de la frustración. No es un libro alegre y romántico, eso os lo digo desde ya, pero es tan sencillo y tan directo que merece muchísimo la pena leerlo porque de verdad que es una de esas novelas que se quedan con uno para siempre. 

Y creo que esta vez me ha impactado más, por decirlo de algún modo, porque no es lo mismo leer un libro de este tipo con quince años que con veintitrés. No es que entienda a la protagonista perfectamente porque tenemos puntos de vista diferentes y su forma de ver las cosas no casa precisamente con la mía (y desde luego porque el libro se escribió hace casi cien años, casi nada), pero el hecho de que pueda hacerme sentir una mínima parte de su tristeza y su congoja consigue que empatice mucho con ella y que, de alguna forma, pueda llegar a comprenderla.

Por si os decidís a leerlo, debéis saber que Carta de una desconocida se llevó al cine en el año 1948 de la mano de Max Ophüls y fue protagonizada por Joan Fontaine y Louis Jourdan. No he visto esta adaptación todavía, pero por lo que he leído es bastante diferente de la novela así que no sé si me atreveré a verla. Por otra parte, en 2004 se estrenó Carta de una mujer desconocida, una adaptación china de la novela que tampoco he visto aún pero que me atrae más que la de 1948 simplemente por las buenas críticas que tiene. De todas formas, si me animo a ver alguna de ellas ya os contaré mi opinión.

Así que nada, si os apetece una lectura ligera y cortita para este final de verano os recomiendo muchísimo este libro, y si decidís hacerme caso, espero que me lo contéis. 

¡Nos leemos la semana que viene! (Espero) ✨   

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