domingo, 27 de septiembre de 2015

El drama del cabezón

¡Hola, hola! Hoy me apetece contaros una historia que no sé si calificar como graciosa o triste. Ya juzgaréis vosotros al final. El caso es que, los que me conocen bien ya lo saben, soy una total admiradora del villano de Marvel Loki (admito que el hecho de que lo interprete Tom Hiddleston tiene mucho que ver, para qué vamos a engañarnos). 

Pero bueno, os voy a poner en situación para que podáis entenderme. Corría el verano de 2012 (si no me falla la memoria) y junto a una amiga decidí ir al cine a ver la película que se convertiría en todo un éxito aquel año: Los Vengadores. He de confesar que aparte de las películas de Spiderman (las que protagonizaba Tobey Maguire, de las cuales era fan, fan de pequeña) y pocas más, no era demasiado seguidora de Marvel. Los que son seguidores acérrimos de Marvel me lanzarían tomates por ir a ver Los Vengadores sin haber visto antes Iron Man o Capitán América (entre todas las demás), pero es lo que hay.

El caso es que no tenía mucha idea de con qué me iba a encontrar, pero fui igualmente porque nunca me han disgustado las películas de este estilo... Y lo cierto es que salí enamorada, no solo de Loki, sino también del universo de Los Vengadores. Admito que Loki llamó mi atención desde la primera vez que lo vi en escena y que no dejé de prestarle atención cada vez que aparecía en pantalla, eso sin comentar que me encantó su actitud y me atrajo su maldad (no soy de las que babean por los chicos malos, pero Loki es la excepción). 

Después de esa primera toma de contacto con Loki y con Los Vengadores decidí saber algo más de ellos y, aunque aún me estoy poniendo al día con las películas de los demás héroes de Los Vengadores, he seguido muy de cerca a Tom Hiddleston (sin duda uno de mis actores predilectos) y a este villano de Asgard (incluso tengo una foto con una chica con un cosplay de Loki, muahahaha). Voviendo al tema que nos ocupa, en una de mis visitas a Barcelona acudí sin falta a FNAC, visita obligada para mí, y me encontré con esta cosita que me enamoró desde que puse mis ojos en ella. Aquel día no me la pude comprar (cada día me arrepiento más de ello), pero me apunté el nombre por si acaso. A través de nuestro amigo Internet busqué y busqué hasta que encontré que esta empresa tiene muñecos de todos, en serio, de todos los personajes de películas y series de televisión. Es una pasada. 

El caso es que, tras encontrarme con esta figura que se encuentra a la derecha me enamoré perdidamente de ella, incluso más que de la primera que os he enseñado. La busqué y busqué por tiendas y jamás la encontré. Volví a FNAC y ya ni siquiera estaba la primera, hecho que me rompió un poquito el corazón a medida que iba buscándola entre la gran cantidad de figuras de Pop Vinyl de las que disponen en FNAC. Pero nada de nada. 

Mi felicidad regresó cuando, en un día de mayo de 2015 en el que navegaba por Amazon buscando algo interesante que añadir a mi Lista de Deseos, me encontré con la dichosa figurita que me había robado el corazón... Y finalmente la compré (además, el precio acompañaba muchísimo y pensé que ya había esperado demasiado). Soy consciente de que según de qué lugar venga el pedido tarda más o menos, pero cuando empezaron a pasar semanas, y esas semanas se convirtieron en meses, y no llegó la figura entendí que no me llegaría nunca. Puedo decir hoy, domingo 27 de setiembre de 2015, que aún no me ha llegado el pedido. Hablé con el vendedor y me devolvió el dinero, pero yo no quería el dinero, quería la figura... Y nada. No la tengo. Aún.

Sé que algún día será mía, no dejaré de buscarla hasta hacerme con ella. Quizá la encuentre en una convención de geeks en unos meses, o en unos años en alguna tienda melancólica que venda merchandising... ¿Quién sabe? Lo único que sé con certeza es que no descansaré hasta que la tenga colocada en mi estantería, donde debe estar. 

¡Hasta pronto! 

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